Economía aplicada

Vídeo explicativo: ¿Qué es la economía aplicada? 📊

¿Qué es la economía aplicada?

La economía aplicada es el conjunto de acciones, estrategias y políticas que, en base a la teoría económica, aplica principalmente un gobierno aunque también una empresa o un individuo con el objetivo de tomar mejores decisiones y resolver problemas del mundo real.

Dicho de otra forma, la economía aplicada es la utilización de los principios de la teoría económica en el mundo real. De esta forma conceptos económicos que son muy abstractos se pueden explicar y ejemplificar a través de situaciones cotidianas. Esto permite, entre otras cosas determinar los resultados reales más probables asociados a ese concepto teórico.

Si la economía es la ciencia que estudia cómo las personas utilizan los recursos limitados de los que disponen para alcanzar determinados fines, la economía aplicada es la herramienta que ayuda a elegir los mejores recursos o medios para alcanzar esos fines. 

Como resultado, la economía aplicada nos muestra las diferentes medidas que pueden tomarse para aumentar la probabilidad de conseguir resultados positivos en el mundo real.

El origen del término se encuentra en los escritos realizados por los economistas John Stuart Mill y Jean-Baptiste Say , durante el siglo XIX. En estos se menciona la aplicación de los principios generales de la economía en la política económica.

Intervención de la economía aplicada en el mundo real

Como hemos comentado anteriormente la economía aplicada puede ser utilizada por los gobiernos, por el consumidor y por las empresas.

Desde la parte del gobierno, la economía aplicada es una herramienta imprescindible que busca dar respuestas a una serie de preguntas como pueden ser:

¿Cómo afecta la subida del salario mínimo en la economía de un territorio? ¿Cómo afecta un aumento de las prestaciones por desempleo en el mercado laboral? ¿Cómo afecta una subida de los impuestos al consumo? 

Dar respuesta a estas y otras preguntas es la labor de una gran cantidad de economistas que trabajan para el estado. Es decir, la finalidad de su trabajo es predecir las consecuencias macroeconómicas y microeconómicas de las diversas propuestas políticas y evaluar los efectos de las políticas ya en curso. 

Comprender el modo en que los incentivos económicos y las políticas públicas repercuten en las tendencias del mundo real en aspectos como el crecimiento del empleo, la migración y los índices de pobreza es fundamental para aplicar una política eficaz y evitar consecuencias no deseadas. 

Por ejemplo, comprender las leyes de la oferta y la demanda y sus consecuencias permite a los gobiernos fijar un salario mínimo adecuado que permita el crecimiento económico de la empresa sin sobreexplotar a sus trabajadores. Es decir establecer un salario mínimo acorde con la situación económica del país.

Desde la parte del consumidor, la economía aplicada trata de dar respuestas a diferentes problemas económicos que le pueden surgir en su vida cotidiana.

Por ejemplo, si un joven desea adquirir un coche pero dispone de un capital limitado, puede realizar una evaluación de su situación y comparar el beneficio que espera conseguir con dicho bien con el coste y el impacto a largo plazo que dicha compra tendría sobre su patrimonio. Esta comparación ayudará a determinar si ese gasto merece la pena o es mejor ahorrar ese dinero para un futuro. 

O por ejemplo, si vas a ir al cine con un grupo de amigos y decidís compartir un gran bol de palomitas en el cine podéis acordar explícita o implícitamente límites o cuotas sobre la cantidad de palomitas que cada uno tomará para evitar así que una sola persona se acabe comiendo todas las palomitas

Por último, desde la parte de las empresas, la economía aplicada también les permite tomar mejores decisiones. Comprender las implicaciones de las leyes de la oferta y la demanda, junto con un análisis de los datos obtenidos en ventas anteriores y una  investigación de marketing sobre su mercado objetivo, puede ayudar a una empresa a tomar mejores decisiones sobre los precios y producción de sus productos. 

Además, el conocimiento de los principales indicadores económicos y su relación con el sector en el que opera la empresa, puede ayudar a mejorar la estrategia empresarial de la compañía. 

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