Principio de Equidad Tributaria

Video explicativo: Principio de equidad tributaria – Qué es, concepto y ejemplos

El principio de equidad tributaria es uno de los pilares que hay que tener en cuenta a la hora de establecer o aplicar un impuesto. Es por ello que en este video vamos a tratar de explicarlo.

Primeramente 

¿Qué es el principio de equidad tributaria?

El principio de equidad tributaria se basa en la idea de que se debe cobrar a los contribuyentes en función de su capacidad de pago, con el objetivo de eliminar impuestos excesivos y beneficios fiscales desmesurados.

En otras palabras, según esta premisa, los individuos deberían afrontar diferentes cargas fiscales en función de su situación económica. De esta forma, las personas con una posición económica más favorable soportarían una mayor carga fiscal que las personas en una situación menos favorecida.

Los ciudadanos más ricos al soportar una mayor carga fiscal, permiten que el estado pueda invertir ese dinero en puentes y carreteras por ejemplo, las cuales favorecen a todos los individuos reduciendo la desigualdad existente en la sociedad

Ahora que sabemos lo que es la equidad, no podemos cometer el error de decir que equidad es lo mismo que igualdad. En base al principio de igualdad todos los contribuyentes pagarían exactamente la misma cantidad de impuestos independientemente de sus ingresos. Por el contrario, como venimos diciendo, en base al principio de la equidad tributaria las personas pagarán una cierta cantidad de impuestos en función de sus ingresos o patrimonio. 

Componentes de la equidad tributaria

La equidad tributaria consta de dos componentes, uno referido a la equidad horizontal y otro a la equidad vertical.

La equidad horizontal implica que todos los que están en condiciones similares en cuanto a capacidad de pago deben pagar la misma cantidad de impuestos. Por tanto, la equidad horizontal es la que más se acerca al principio de igualdad, en el aspecto de que dos personas con una similar capacidad económica deben pagar la misma cantidad de impuestos.

La equidad vertical, en cambio, tiende a la idea de que la persona con mayor capacidad de pago debe sufrir una mayor imposición fiscal. Esto se consigue utilizando tipos impositivos progresivos, en los que el tipo impositivo aumenta a medida que se incrementa la base imponible.  Esto es lo contrario de un impuesto regresivo, en el que la proporción de la renta destinada a pagar impuestos disminuye a medida que aumenta el tipo impositivo.

No obstante;

¿Para qué sirve la equidad tributaria?

La equidad tributaria es un instrumento que sirve para subsanar posibles desajustes o desigualdades que se produzcan en la sociedad o en algunos sectores económicos específicos, ya que se grave a los que más dinero poseen, y se favorece a los que menos tienen o al sector económico que se estima preciso o adecuado promover.

¿Qué impuestos cumplen con el principio de equidad tributaria y cuáles no? 

Según el criterio global, los impuestos progresivos se consideran generalmente justos. Estos impuestos son aquellos que recaudan una tasa más elevada cuanto mayor sea la base imponible del individuo en concreto.

En la mayor parte de los países el impuesto sobre la renta de las personas físicas es progresivo ya que cuenta con diferentes tramos según los ingresos que obtengas ese año. Por ejemplo, el tipo impositivo es del 10% si los ingresos anuales no superan los 20.000 euros, del 20% si los ingresos se encuentran entre los 20.000 y los 50.000 euros y del 35% si los ingresos anuales del individuo superan los 50.000 euros

Además, también puede darse la situación de que impuestos que no son progresivos se consideren en gran parte equitativos. Por ejemplo, supongamos que el impuesto de donaciones es del 50%. Esto en un primer momento puede resultar excesivo, sin embargo las donaciones no suelen ser algo habitual y además donde más se suelen dar es en los estratos socioeconómicos más altos donde la donación no proviene del esfuerzo personal. Por tanto, este tipo de impuesto tiene un objetivo redistributivo.

Es cierto que en la mayoría de las ocasiones este impuesto de donaciones al igual que el de sucesiones se percibe como una injusticia debido a que el patrimonio que se ha donado o heredado ya había sido gravado anteriormente. Además, en algunos casos en los que el patrimonio donado no es líquido sino que es una casa, una parcela de tierra o un coche, puede resultar realmente complicado pagar el impuesto y al final, ese patrimonio puede acabar en las arcas del estado ante la incapacidad de hacer frente al tributo.

Por el contrario, dentro de los impuestos, uno de los más inequitativos es el impuesto del valor añadido o más conocido como IVA. En dicho impuesto, todos los individuos pagan el mismo porcentaje independientemente de su situación económica, otorgando las mismas ventajas a los que tienen mayor capacidad económica que el resto.

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